Somos arte pura, somos, existimos, somos presente que se transforma.
- Nayeli Badillo Chávez
- 12 jul 2017
- 5 Min. de lectura
Bienvenido.
Hay mucho, demasiado, por decir acerca de una persona. No me gusta mucho hablar de mi, sin embargo hoy hago una excepción importante. Puesto que lentamente como es natural quizá por la descomposición de nuestra sociedad, se pierden las ganas de disfrutar la verdadera esencia que define a una persona, las cosas realmente importantes, los detalles únicos que nos representan, es por ello que quiero compartirles mi vida, esto es lo que soy, lo que hago, amo, esto me hace vivir.
Bienvenidos a mi espacio personal, que es de ustedes ahora también.
CONOCER
Prejuicios, alabanzas, jueces sin títulos.
Es posible que antes de intentar querer entonar una melodía, instintos artísticos diferentes a ello llegaron antes que la música y, aunque hoy vivo de ello mientras trato de aprender su lenguaje, había llegado primero la escritura de la poesía, las novelas, los cuentos, los relatos, y vivencias personales. Recuerdo que desde que soy muy pequeña, pasaba mi tiempo haciendo poemas, jugando con la tierra intentando crear cosas, haciendo dibujos a mi madre, elaborando diarios secretos desde muy niña.

Uno de mis sueños es ser una artista en toda la extensión de la palabra, más que ser llamada cantante o ejecutante de algún instrumento, la cuestión es… no sé qué clase de artista exactamente. Soy hábil en el arte de la música, la escritura, la pintura, la danza, la actuación, las manualidades y artesanias, el maquillaje, e incluso el arte culinario; sin embargo sigo buscando donde llegará a brillar la luz de la pasión en alguna de esas vocaciones, todas me gustan y me interesan, me intrigan y me hacen vibrar por igual.
Por extrañas razones, lo primero a lo que fue encausándose mi vida fue a la música, principalmente a las percusiones cuando tenia 5 años, de allí aprendí a tocar las claves, el triángulo, los bongós, la flauta dulce y algunos pequeños xilófonos .

Cuando fui a parar al conservatorio de música clásica de la universidad, motivada por mi maestro de música de primaria, quién además logro convencer a madre como a mi, se abrió otra cara de la música, al comenzar a tener clases más en forma sobre: la teoría, apreciación musical y solfeo, aunado a mi instrumento batería, siempre que podía también buscaba otros medios para aprender a cantar, piezas, grupos, amigos, libros. Estuve 3 años estudiando música, y fue una de las mejores experiencias que viví; Hoy lo sigo recordando con mucho cariño y alegría.

Más tarde, a los 15 años, por cuestiones del sistema educativo, no pude continuar estudiando música, ya que el siguiente nivel que tenía que cursar era técnico en música y mi madre ya me había inscrito a una preparatoria técnica como químico técnico-metalurgista, aunque realmente no me entusiasmaba en lo absoluto. Se pospusieron temporalmente mis ganas y tiempo de estudiar música; en mi interior todo estaba muriendo también. Decidí salir de esa escuela para terminar mis estudios de bachillerato en otra que el programa educativo fuera más adecuado para mi por muchos factores(ubicación, horarios, plantel, programas educativos), curiosamente el ciclo semestral el cual yo entraría sería el artístico y, sin dudarlo estudié guitarra básica.
Cuando decidí salir de la escuela como químico, ya no vivía con mi madre, estuve casi un año en casa de una hermana de mi madre, la cual es médico, contador, cuenta con experiencia en la programación de la lingüística, pintora con un talento maravilloso, apasionada por la lectura y el cuidado de las orquídeas (en realidad es muchas cosas mi tía)
Después de eso regresé con mi madre unicamente un año, después me fui a vivir por mi cuenta a partir de los 18. Mientras estudiaba y buscaba cualquier trabajo para sobrevivir, la suerte se puso de mi lado, colocándome en un buen trabajo, donde comencé como la asistente de la administración de una pequeña empresa de publicidad, a la que agradezco los conocimientos que me brindaron respecto a la administración así como la oportunidad que finalmente se me brindó como administradora.
Sin embargo se mermaba mi pasión artística, aquello no era para mi, por lo que decidí arriesgarme y dedicarme a lo que realmente me gusta, que es la creación artística. De este modo Comencé cantando jazz en corredores culturales, en la calle, en eventos privados, en cualquier café y, finalmente en restaurantes de las mejores zonas de Guadalajara, un día llamé la atención del director de una orquesta de jazz (Big band Cucba) quien me invitó a uno de los ensayos, orquesta de un centro universitario enfocado a la biología. Ocasionalmente por mero interés iba a esa escuela para adentrarme en la taxonomía y el cultivo. finalmente entré de lleno con una Big band del centro universitario de Biología.
Mis sueños comenzaban a hacerse realidad, más tarde conocí a una empresa productora de eventos, lo cual no me imaginada que clase de compañía era, es una de las más importantes del país, por el tipo de artistas con los que se relacionan públicamente.
Les he compartido en estas lineas un poco de lo que se ha ido transformando y llegando a mí hasta el momento de hoy en los últimos dos años.

Otro de mis sueños es encontrar mecanismos para generar actividades artísticas en niños, jóvenes y adultos sin distinción alguna.
Agradezco a todas las personas que me han apoyado pues gracias a su impulso llegó esta idea, a mis maestros, a mis musas, especialmente mi primer maestro de música quien fue el primero en creer en mi, a mi madre, a Homero mi primer maestro de batería y percusión, cuya luz vital se apago en mi primer año como su pupila, y a Carlos Mena mi director, quien es otra luz que incentiva a cada unos de sus miembros y colegas musicales que forman esta orquesta de jazz. A todo lo que he podido obtener por medio del arte. Así el arte me fue otorgada como un regalo, así mismo quiero compartir lo que por el soy.
Espero en el futuro consolidar este proyecto, formando así algún día una casa cultural. Mientras recolecto el conocimiento necesario, el perfil que llevaré y de los seres humanos que formarán parte de éste sueño, el material necesario y, el apoyo de las mismas personas que serán las beneficiadas con esto, así mismo los apoyos gubernamentales que estaré a la búsqueda y a la caza; una casa cultural donde, no tenga que ser difícil encontrar el arte en zonas urbanas, sencillas, pobres algunas de ellas, donde la palabra imposible, no tenga lugar, porque la cultura es libre y debe seguir siendo así.
Quizá para muchos, mi idea, pueda parecer descabellada o falta de sentido, pero la verdad es que: "ese es el sentido que le quiero dar a mi vida
y el arte para mi,
le da sentido al todo."
Prefiero morir en el intento, ser llamada loca, soñadora, o que me digan mil veces que es imposible
a morir a sabiendas que no luché hasta el final por mis sueños, metas, muriendo de tristeza de no lograr ser yo.
Atte: Nayeli Badillo Chávez.
fotografía
Johann Edelmann Tardan.
Victor Mendoza.
Frank Antuar Alpizar.
Solo el arte nos puede salvar, amén.
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